CABALLOS, PERROS, BURROS Y OTROS ANIMALES
Dolores AleixandreEscribo estas líneas después de haber escuchado a un político con cara de malas pulgas advertir a su público en un mitin que "algunos se van a caer del caballo". Es una alusión inequívoca al caballo del que se cayó San Pablo, dándose la curiosa circunstancia de que en el texto que narra su conversión en Hechos 9 no figura caballo por parte alguna (como tampoco mula ni buey en la escena del nacimiento de Jesús).
Pero no se aflijan los amantes de los animales: la Biblia está de su parte y en muchas de sus escenas, aparte de un penetrante olor a camellos en determinadas ocasiones (aplicar el olfato a la preciosa narración de Gen 24), se oyen de vez en cuando relinchos y ladridos, además de una extensa banda sonora que abarca desde rugidos de leones hasta piar de golondrinas.
Dejo desfilar aquí a algunos animales de mi especial preferencia. Recibí la alegre visita de un perro bíblico una noche de Jueves Santo, allá por los años sesenta, cuando pasábamos la noche entera en la capilla. No sabiendo ya qué rezar ni qué hacer para no dormirme, abrí la Biblia al azar y fui a dar con esta frase maravillosa de un tal Meribaal que, postrado ante David, le decía:
"‑ ¿Quién soy yo para que te fijes en un perro muerto como yo?"
(2 Sam 9,5).
Sentí tal identificación con Meribaal y su estado de perro muerto, que quedé consolada y espabilada para el resto de la noche. Influía, sin duda, el recuerdo del perro "vivo" al que tuve que renunciar al entrar en el convento porque no admitían novicia con perro.
Siguiendo con el AT, encontré más tarde esta otra joya en la que Samuel dice a los israelitas:
"Yo estoy ya viejo y canoso y he actuado a la vista de todos desde mi juventud hasta ahora. Aquí me tenéis, respondedme ante el Señor y su ungido: ¿A quién le quité un buey? ¿A quién le quité un burro? ¿A quién he hecho injusticia? ¿De quién he aceptado un soborno para hacer la vista gorda? Decidlo y os lo devolveré".
(1Sam 12, 1-3).
No es difícil actualizar esas mismas preguntas, ponerlas en labios de algunos de nuestros políticos e imaginar los bramidos que recibirían como respuesta.
Pero quiero también conducir del ronzal hasta aquí a otro jumento que he descubierto gracias a Pepe Laguna en su excelente Cuaderno de Cristianismo y Justicia Hacerse cargo, cargar y encargarse de la realidad. Hoja de ruta samaritana para otro mundo posible:
"Algunos exegetas nos hacen caer en la cuenta del profundo valor simbólico que se esconde tras el sencillo acto del samaritano de montar al hombre sobre su propia cabalgadura.
Según K. E. Bailey, el samaritano conduce al animal hacia la posada como un siervo conduce a su amo. La distinción entre el que monta y el que conduce el animal es muy fuerte aún hoy en el mundo oriental.
Pretender que otro mundo es posible desde las víctimas significa ponerse a su servicio, bajar de nuestra cabalgadura y asumir nuestro papel gregario con respecto a ellas.
Son las víctimas las que deberían marcar nuestros modos de vida, nuestros consumos, nuestras políticas. Y para ello hay que empezar por escuchar lo que dicen: ¿qué esperan?, ¿por qué luchan?, ¿qué callan?, ¿qué temen?" (p.20).
Tengo también a la puerta de mi memoria bíblica a otros cuantos animales. En sólo un par de versos de Isaías 34,14-15 aparecen todos estos: chacales, crías de avestruz, hienas, gatos salvajes, búhos, serpientes y buitres. Los noto impacientes y reclamando poder salir del anonimato y hacerse presentes aquí, pero ya no queda sitio. Les he prometido dedicarles otra columna y parece que se han quedado conformes.
Dolores Aleixandre
ALANDAR